Es una protuberancia en el párpado producida por el taponamiento de una glándula sebácea del borde libre palpebral, con acumulación del contenido graso en su interior. Si se rompe la glándula, el párpado se enrojece y se inflama y el paciente presenta dolor. La inflamación crónica de los orificios de las glándulas sebáceas (blefaritis) predispone a su desarrollo y a su recurrencia.
Con frecuencia se resuelven espontáneamente en varios días o semanas, pero a veces puede tardar meses en hacerlo por completo. El calor local puede estimular el drenaje de la glándula taponada. En ocasiones se precisa la aplicación de antiinflamatorios tópicos o intralesionales, antibióticos tópicos u orales, e incluso drenaje quirúrgico. La pauta de higiene palpebral diaria puede reducir las posibilidades de aparición de nuevas lesiones.